Se habla a menudo del eje intestino-cerebro, pero en concreto, ¿qué es y por qué es importante?
En el próximo artículo veremos cuál es la función del intestino, por qué se le llama el "segundo cerebro" y cómo mantenerlo saludable.
Se habla a menudo del eje intestino-cerebro, pero en concreto, ¿qué es y por qué es importante?
En el próximo artículo veremos cuál es la función del intestino, por qué se le llama el "segundo cerebro" y cómo mantenerlo saludable.
El intestino es una parte del aparato digestivo del cuerpo humano que se encuentra entre el estómago y el orificio anal. Con sus 32 metros cuadrados de superficie, es el órgano interno más grande del cuerpo humano.
Está anatómicamente dividido en dos tramos o partes:
La función principal del intestino es transformar los alimentos digeridos en sustancias nutritivas asimilables y facilitar la eliminación de los residuos a través de las heces.
El intestino es denominado el segundo cerebro debido a la presencia de un verdadero sistema nervioso que se encuentra en el grosor de su pared, y por la presencia de la microbiota intestinal.
Durante mucho tiempo, fue considerado una estructura periférica que solo cumplía funciones marginales. Sin embargo, más tarde se descubrió su actividad emocional e inmunológica, en la que está presente un sistema nervioso autónomo.
La microbiota intestinal, es decir, el conjunto de todos los microorganismos dentro del intestino, puede comunicarse con el cerebro directamente a través del envío de señales por parte del sistema nervioso intestinal o, indirectamente, estimulando la liberación de hormonas intestinales.
Con el término "eje intestino-cerebro" se hace referencia a la comunicación bidireccional constante entre el tracto gastrointestinal y el cerebro.
La idea de que el intestino influye en el cerebro y, por consiguiente, también en el comportamiento, es ampliamente aceptada y compartida por la comunidad científica. Este concepto se ha extendido en el lenguaje cotidiano con expresiones de uso común como "sensación de barriga", "hablar con el vientre" y "mariposas en el estómago". Los científicos han comenzado a descubrir los mecanismos del eje intestino-cerebro.
Cada vez parece más evidente que los microorganismos del intestino contribuyen a formar el desarrollo neuronal normal, la bioquímica del cerebro y el comportamiento. En particular, la microbiota intestinal se está configurando como un elemento fundamental en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Esto ha dado lugar a la creación de un nuevo término: el eje microbiota-intestino-cerebro.
Es fundamental cuidar el intestino, eligiendo alimentos saludables y nutritivos, con bajo contenido de grasas saturadas, y en la mayor variedad posible, asociando una ingesta adecuada de agua y ejercicio físico regular.
Si la alimentación no fuera suficiente, puede ser útil recurrir a la complementación con prebióticos y probióticos, que ayudan a mantener en equilibrio la microbiota intestinal (la microbiota de la que hemos hablado más arriba), contribuyendo a la salud intestinal.
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