La cistitis es una inflamación de la vejiga causada por una infección bacteriana que afecta el tracto urinario. El porcentaje de mujeres afectadas es mucho mayor que el de hombres: una de cada dos mujeres sufre de cistitis al menos una vez en su vida.
¿Cuáles son los síntomas y las causas de la cistitis?
La alteración del equilibrio fisiológico del tracto urinario se manifiesta mediante los siguientes síntomas: sensación de ardor, dolor suprapúbico, micción muy frecuente (polaquiuria), necesidad continua de orinar (urgencia), orina turbia, a veces con rastros de sangre.
En la mayoría de los casos, la cistitis se genera por la proliferación excesiva de Escherichia coli, una bacteria presente de forma natural en la parte inferior del intestino. La conformación anatómica femenina permite que microorganismos patógenos como Escherichia coli (así como Staphylococcus epidermidis y Streptococcus fecalis) migren al tracto urinario inferior hasta la uretra.
En una condición de equilibrio, estas bacterias generalmente se expulsan a través del flujo urinario, pero en presencia de un estado de "disbiosis", los microorganismos se multiplican, colonizan el área urogenital y, subiendo por la uretra, llegan a la vejiga.
Las causas de la "disbiosis" pueden estar relacionadas con un empobrecimiento de la microbiota urogenital o intestinal, debido a los siguientes agentes desencadenantes: higiene inadecuada, abuso de medicamentos (especialmente antibióticos), nutrición inadecuada, estrés, uso de dispositivos anticonceptivos o variaciones hormonales.
LOS ANTIBIÓTICOS NO RESUELVEN LA CISTITIS
El enfoque tradicional a menudo requiere someterse a terapia con antibióticos. En realidad, cuando se utilizan los antibióticos en terapias a largo plazo, pueden causar una cronificación de la infección, ya que alteran nuestra microbiota intestinal beneficiosa, creando el ambiente ideal para futuras infecciones.